Esta semana estamos de celebración: hace dos años que me lancé a la aventura de escribir un blog de ciencia llamado Gaia Ciencia. Y aquí sigo, intentando hablar de ciencia y de la vida y de todas aquellas cosas interesantes que nos rodean, pero sin dejar nunca de poner el acento en aquello que no funciona, en las mentiras e hipocresías que nos mojan como lluvia fina.
Me niego a caer en el topicazo ese de “parece que fue ayer” porque suena a anuncio de Lotería de Navidad, pero joder.. ¡¡es que parece que fue ayer!! Dos añitos que le han servido al blog para empezar a gatear y madurar (sólo un poquito). Espero que en unos años más ya aprenda a hablar y a escribir y yo pueda tomarme unas vacaciones.
El resumen numérico del año sería: 53 entradas, 99.762 visitas, 27 helados de limón y toneladas de cariño.
Pero prefiero las palabras a los números, así que es mejor recordar que durante este año conocimos el horror de la malaria y los monstruos del Amazonas, llegamos a Plutón, alertamos del cambio climático, desmentimos el descubrimiento de las ondas gravitacionales, entendimos un poco más los agujeros negros y la materia oscura, soñamos que estábamos en Marte, vimos cardúmenes, cometas, vaginas, nos zambullimos en la nanotecnología, analizamos la magia de Messi, pusimos nombre a exoplanetas y buscamos la manera de desconectarnos de la red eléctrica.
Ufff, vaya tela, ¿no?.
Si mezcláramos todo lo publicado obtendríamos un buen resumen del año 2015. Una especie de Aleph rebosante de galaxias, microbios, eclipses y trompetas, un mundo dentro de otro mundo que escondería en un rincón un pequeño blog llamado Gaia Ciencia, lleno de posts e imágenes que al verse desde lejos parecerían palpitar como un corazón que podría ser el tuyo o el mío, que más da, lo importante es que cada latido nos ha llevado hasta este preciso instante en el que yo escribo y tu lees, un milagroso atajo que une tiempos y distancias por la magia de la palabra.
¡Y que todos cumplamos muchos más!
aa
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