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No suelo escribir artículos sobre ilusiones ópticas. A pesar de que me encantan, creo que es  mucho más interesante disfrutarlas que intentar entender el porqué suceden. Sin embargo, ésta me ha llamado mucho la atención y tiene un origen fisiológico muy curioso, así que ahí va.

Ilusión Óptica:

  1. Mira fijamente durante 15 segundos el punto blanco en la nariz de la chica (si tienes que parpadear hazlo sin miedo, pero con un parpadeo rápido).
  2. Mira la parte verde pálido de la derecha
  3. ¿Qué ves?

 

ilusión_óptica

Si lo has hecho bien, probablemente te habrá sorprendido ver a la misma mujer pero en color. Y lo más impactante es que no se ve sólo un color, sino que el pelo es negro, la piel clara… Incluso el fondo de la imagen se ha vuelto blanco.

Pero… ¿cómo puede nuestro cerebro inventarse estos colores a partir de la imagen original?

Al efecto se le llama imagen residual negativa y consiste en forzar a nuestro sistema ojo cerebro a hacer algo parecido a un revelado del negativo de una foto.

Imagen residual negativa

Al exponer el ojo de forma continuada a los colores de la imagen original, los fotorreceptores de la retina quedan insensibilizadas para esos colores. Efectivamente, se ha demostrado científicamente que los conos y bastones (fotorreceptores sensibles al color y al brillo) se adaptan a la sobreestimulación perdiendo sensibilidad.

Para evitar éste efecto, el ojo suele realizar pequeños movimientos automáticos que desplazan la imagen ligeramente sobre la retina, creando el efecto de refrescar la información de los fotorreceptores. Así, se previene su saturación y, por tanto, su sensibilidad no se ve afectada.

Por esto es importante la indicación de mirar fijamente el punto blanco de la nariz de la mujer. Es una manera de forzar al ojo a quedarse quieto, de manera que cada receptor capte durante los 15 segundos la misma información.

Ante esta sobreexposición, los fotorreceptores agotan su reserva de fotopigmento, resultando en una disminución de la señal que llega al cerebro. Y el resultado de esta señal adulterada es que, al pasar a mirar una imagen uniforme y clara, vemos los colores opuestos sin que realmente estén ahí.

Ewald Hearing, fisiólogo alemán conocido por sus investigaciones sobre la visión del color, explicaba el fenómeno en relación a los tres pares de colores primarios. Los fotorreceptores transmiten la información al cerebro por tres canales neuronales. Un canal es para el verde y el magenta, otro para el azul y el amarillo, el último para el blanco y el negro. Si, por ejemplo, los fotorreceptores reciben una sobreestimulación de color verde, reaccionan disminuyendo la señal de verde que acabará entrando en el canal correspondiente. Y el resultado de esta disminución de la señal de verde es interpretada como un aumento de la señal de su color opuesto, que en este caso es el magenta.

De manera que si saturamos a nuestro ojo con una imagen, la reacción acaba siendo la aparición de la misma imagen con sus colores negativos. Y esto no es nada nuevo, pues es el mismo fenómeno que hace que veamos una tenue sombra cuando parpadeamos después de mirar una luz brillante o un flash.

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