Así de seguro responde Iñigo Muñoz Elorza cuándo se le pregunta sobre el futuro de la exploración del planeta rojo. Natural de San Sebastián, Iñigo está a sus 36 años más cerca que nunca de cumplir su gran sueño. “De pequeño quería ser astronauta,” comenta con sonrisa tímida. Hasta ahí no ha llegado todavía, pero es uno de los cinco elegidos por el Foro Austríaco del Espacio (OeWF) para simular una misión a Marte en un glaciar.
Su vocación le llevó a estudiar Ingeniería Aeronáutica en la Universidad Politécnica de Madrid y trabaja para HE Space Operations en el Centro de Control de Galileo (Alemania) desde el 2012. Pero la verdadera aventura empezó hace poco más de un año. Gaia Ciencia se ha encontrado con él a pocas semanas del inicio de la misión de exploración para que nos lo cuente en primera persona.
“En realidad estaba buscando información sobre trajes espaciales en internet,” comenta. “Es un tema que me interesa mucho: sus diseños, las empresas del sector en Europa… Un día di con la web del Foro Austríaco del Espacio y sus proyectos me parecieron muy interesantes, así que les contacté.”
El Foro Austríaco del Espacio es una organización sin ánimo de lucro centrada en la investigación y el desarrollo de aplicaciones espaciales y la divulgación. Entre sus programas está el PolAres Science, con el que llevan siete años trabajando en la optimización de la interacción humano-robot en preparación para una futura expedición a Marte.
Para ello realizan expediciones a “análogos de Marte”, localizaciones en la Tierra con características similares a las del planeta rojo. El pasado 2013 eligieron una zona en el norte del desierto del Sahara (Marruecos) para simular las condiciones térmicas y ambientales (sequedad, polvo,…) de la superficie marciana.
Este 2015 están embarcados en la misión AMADEE-15 para la exploración de otro “análogo”, un glaciar del valle alpino de Kaunertal (Austria) a 3.000 metros de altura.
“Yo me integré en la misión como voluntario. En teoría debía estar en la parte de Mission Support, en el centro de control de la misión. Pero en Noviembre del año pasado abrieron un proceso de selección para buscar a los astronautas y vi claro que debía presentarme.”
Se apuntaron unas 100 personas online, pero sólo 30 de ellos fueron llamados para la primera fase de la selección.
“Fueron dos días muy intensos, con todo tipo de pruebas psicotécnicas, tests psicológicos y entrevistas personales,” comenta Iñigo. “Enseguida me di cuenta de que había gente muy preparada y fue interesante descubrir que muchos de los que estábamos ahí teníamos inquietudes similares. Éramos space freaks, por así decirlo.”
A la semana siguiente avisaron a 15 para la segunda y definitiva fase. Él estaba en el grupo.
“De ahí iban a salir los cinco elegidos, así que esa segunda etapa fue ya mucho más seria” recuerda. “De hecho, estaba basada en los procesos para seleccionar astronautas de la ESA y la NASA, solo que en pequeño. Tuvimos que pasar unos análisis médicos exhaustivos y duras pruebas físicas en el Instituto de Medicina Deportiva de Innsbruck.”
La principal razón para la dureza de las pruebas es el traje espacial. Durante la misión los astronautas análogos deberán estar en condiciones similares a las de un astronauta real intentando moverse en Marte con su traje robusto y presurizado. Para lograr dichas condiciones en la Tierra, el emulador de traje que llevarán tiene un exoesqueleto interior que limita los movimientos en todas las articulaciones.
“Son 45 kilos en total, entre el traje, el PLSS (Personal Life Support System) y el exoesqueleto. Y durante los días de la misión habrá que llevarlo hasta 4 horas seguidas. ¡Por esto en las pruebas físicas había que ir a morir!,” exclama. “Nos hicieron una prueba de esfuerzo en bicicleta estática. Luego tuvimos que subir y bajar siete pisos con el exoesqueleto, recoger un destornillador y hacer una reparación en un receptor de radio con tornillos pequeños y los guantes puestos. En fin, que las agujetas que tuve después fueron considerables…”
Pero eso no fue todo, pues a los candidatos se les exigía además que pudieran comunicarse con facilidad en inglés, para poder colaborar en las tareas de divulgación derivadas de la misión.
“Después de las pruebas físicas, estando hecho polvo, tuvimos que escribir un texto motivante sobre nuestra experiencia esos días.” Habrá que probarlo. Quién sabe si la escritura con poco oxígeno abre puertas a un nuevo tipo de creatividad.
Pasados los ejercicios tocó sufrir la agónica espera. Todos conocemos esa sensación, el gusano en el estómago cada vez que suena el teléfono… Y el quinto día, mientras estaba en el trabajo, Íñigo recibió la esperada llamada.
“No pude gritar mucho, pero fue muy emocionante,” recuerda con la cara iluminada.
A partir de ese momento, los cinco astronautas análogos han estado preparándose para la misión, que llevarán a cabo a principios del mes de Agosto.
“Durante los últimos meses hemos recibido formación en campos tan diversos como primeros auxilios, planetología de Marte, conducción de quads o media training. También nos hemos entrenado específicamente para los diferentes experimentos que llevaremos a cabo en el glaciar.”
Aunque hay un momento que destaca sobre el resto. “La primera vez que me puse el traje espacial,” exclama. “Fue una pasada, algo que había querido hacer desde siempre”
Y no os penséis que es ponérselo como si fuera un anorak, uno debe invertir casi dos horas en el donning (del inglés do on). “Tiene casi todos los detalles de un traje real y el proceso es bastante complejo.”
La misión
Se ha elegido el glaciar de Kaunertal como análogo de Marte porqué ahí las condiciones son similares a las de ciertos glaciares existentes en latitudes medias del planeta rojo (que nunca hemos visto porque están recubiertos de polvo).
“Estaremos a más altura que las misiones anteriores, por lo que los niveles de oxígeno serán inferiores y podremos estudiar el comportamiento de la interacción cuerpo-traje en estas duras condiciones,” explica Iñigo. “En el glaciar llevaremos a cabo experimentos astrobiológicos de detección de biomercadores. Este tipo de experimentos podrá ayudar a descubrir si hubo vida en Marte alguna vez. También vamos a realizar experimentos geológicos para conocer su profundidad en detalle e interacciones con rovers que andarán por ahí.
El principal objetivo de la misión es estudiar las diferentes posibilidades de exploración con las limitaciones del traje. Ver sus ventajas y sus inconvenientes para ayudar en la constante evolución de los trajes espaciales reales.
Por otro lado, también es importante ver la interacción entre la tripulación de campo y el centro de soporte de la misión. Aquí hay que tener en cuenta los retrasos en las comunicaciones que tendrá un astronauta en Marte, para optimizar la planificación de las misiones.”
Sobre la importancia de los glaciares de Marte, Íñigo cuenta que “no solo interesan porqué pueden contener restos de vida, la propia agua congelada que los conforman será de vital importancia si se quiere llegar a Marte”.
El futuro
Las posibilidades reales de realizar una misión tripulada a Marte en las próximas décadas es una fuente inagotable de debate en el mundo aeroespacial. De vez en cuando se filtran vagos planes, pero hoy en día sigue sin haber ningún proyecto que parezca suficientemente serio para que pueda aprobarse pronto.
“Por aquí se dice, y también es mi opinión, que la primera persona que pise Marte ya ha nacido,” contesta Iñigo sin dudar. “Y posiblemente lea tu blog, o alguna de las publicaciones que estamos haciendo nosotros”.
La idea de que un futuro explorador de Marte pueda leer mi blog me marea un poco, pero Iñigo no me da tregua y sigue dando su punto de vista.
“Por esto nuestra misión es importante. Nosotros tenemos que allanar el terreno para cuando llegue el momento. Todo lo que hacemos en el Foro Austriaco del Espacio se hace público para que cualquiera que quiera pueda aprovecharlo.
La exploración espacial es algo que debe seguir vivo, al revés de lo que ha sucedido en las últimas décadas. Y la aparición de empresas privadas, tipo Space X, va a dinamizar mucho el sector.”
¿Y el futuro personal?
“¿Quien sabe? De momento me centro en esta misión y luego ya se verá si se me abren otras puertas.”
Pues eso, ahora falta ver que tal va la misión y seguirle la pista a este pionero de la exploración marciana. Deseémosle toda la suerte del mundo, ¿no?
No se a vosotros, pero a mi conocer a personas llenas de curiosidad y motivación me hace pensar que a lo mejor sí, que puede que lleguemos a ver esa primera huella sobre el polvo rojo. En definitiva está en nuestro ADN, explorar sin descanso, siempre un paso más allá. Puede que el eco de los pasos que van a darse en pocos días por el hielo de un glaciar lleguen más lejos de lo que imaginamos. ¿A 225.300.000 kilómetros de aquí?
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Información de interés:
– Web del Foro Austríaco del Espacio: http://www.oewf.org/
– Vídeo promocional de la misión AMADEE-15: https://www.youtube.com/watch?v=UfEuog7JNLg
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Tags: Marte