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¡Niño, lávate las manos antes de venir a la mesa! Aún hoy puedo oír nítidamente esta frase que tantas veces escuché en mi niñez. Y aún hoy recuerdo que cada vez me miraba las manos y pensaba que tampoco había para tanto, que en realidad no se veían tan mugrientas.

Uno puede creerse eso de que hay un montón de microbios por ahí pululando, pero su invisibilidad hace que parezcan una amenaza poco real, uno de esos mil peligros que a las madres les gusta exagerar día tras día.

Quién sabe si algo parecido tenía en mente Tasha Sturm, una técnica de laboratorio de Cabrillo College (California), cuando logró captar esta impresionante imagen que muestra el rico mundo de microorganismos que habitan nuestra piel. Para conseguirla no tuvo que ir muy lejos. Simplemente dejó que su hijo de ocho años saliera a jugar un buen rato con el perro de la familia y luego estudió todo lo que se había traído en su manita.

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Cultivos aparecidos en una placa de agar a partir de los microorganismos de la mano de un niño de ocho años. Fuente: Tasha Sturm/Cabrillo College/asm.org

La técnica que usó Sturm para revelar los acompañantes del niño no es complicada. Primero toca poner la mano (o cualquier otra muestra que se quiera estudiar) en un medio de cultivo. Dicho medio es un gel o una solución que cuenta con los nutrientes necesarios para permitir el crecimiento de virus, hongos, bacterias u otros microorganismos. Una vez hecho esto, la muestra se incuba durante unos días a un pH y a una temperatura adecuada, hasta que empieza a florecer.

En el caso de la fotografía, se usó una placa con Trypticase Soy Agar  (TSA) para hacer crecer las diferentes colonias de bacterias, hongos y levaduras que el niño llevaba en la mano. El resultado es impresionante, pero no tiene que alarma a nadie. “Son substancias normales a las que estamos expuestos cada día. La piel nos protege de muchas de ellas,” comenta Sturm. “La moraleja es que para tener un sistema inmunológico sano debes estar expuesto a estas substancias.”

Los detalles de algunas de las colonias son espectaculares. Sturm cree que el gran círculo blanco de la parte inferior izquierda de la foto es un Bacillus, un tipo de bacteria que se suele encontrar en el suelo, el mar y los ríos. También cree que los otros puntos blancos pueden ser Staphylococcus, mientras que los amarillos y naranjas podrían ser levaduras.

Viendo estas imágenes tengo que reconocer que, una vez más, mi madre tenía razón. Sin embargo, también me queda claro que nuestras barreras naturales contra las agresiones externas funcionan muy bien. Nuestra piel y nuestro sistema inmunológico libran una incansable batalla para evitar que todas estas cositas blancas, amarillas y naranjas penetren el interior de nuestro cuerpo. Y nos vamos haciendo más resistentes a medida que nos vemos expuestos a ellos. Por tanto, queda claro que es igualmente malo no lavarse las manos que vivir en un ambiente excesivamente limpio y aséptico.

Pero intenta explicarle todo esto a un niño… Cuando Tasha Sturm le enseñó el cultivo a su hijo, él simplemente exclamó: ¡Que genial!

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Detalle ampliado de la mancha aparecida en la parte inferior derecha de la muestra. La autora cree que es una colonia de Bacillus. Fuente: Tasha Sturm/Cabrillo College/asm.org
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Ampliación de una colonia aislada aparecida en la esquina superior izquierda de la placa de agar. A falta de confirmación, se cree que es un contaminante. Fuente: Tasha Sturm/Cabrillo College/asm.org

Fuente original de la información: Microbe World

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