Esta mañana, mientras intentaba lavarme los dientes y ponerme un calcetín al mismo tiempo, he entrado en la web de Google para consultar algo a toda prisa. No recuerdo qué era porqué ni siquiera lo he llegado a teclear en el ordenador. Simplemente se ha esfumado de mi mente cuando he visto el dibujo que sustituía al logo de Google. Parecía la radiografía de varias flores, impresas en tono grisáceo sobre un fondo azul metálico. Una imagen tremendamente evocadora.
Lo primero que he pensado es que tenía que ver con la llegada del otoño en el hemisferio sur. Pero al clicar sobre la imagen he descubierto que era un homenaje al 216 aniversario de Anna Atkins (1799 – 1871). Y olvidando lo que pretendía consultar, el calcetín a medio poner y el cepillo lleno de espuma sobre la mesa, me he puesto a investigar quién había sido Anna Atkins.
Inglesa, botánica y fotógrafa. Hija de un químico lleno de curiosidad, que le brindó una educación científica inusual para una mujer en esos tiempos (principios del siglo XIX). Casada a los 26 años, empezó a interesarse por la botánica y se dedicó a durante años a coleccionar y clasificar plantas de todo tipo. Hasta que el año 1842 descubrió una novedosa técnica fotográfica llamada cianotipia.
La técnica la había inventado John Herschel ese mismo año y desde el primer momento apasionó a Anna. Enseguida empezó a aplicarla para hacer fotografías de algas y un año después publicó el libro “Photographs of British Algae: Cyanotype Impressions”, considerado el primer libro ilustrado con fotografías de la historia.
Azul de Prusia
La cianotipia es una antigua técnica fotográfica en un solo color (monocromo), mediante la cual se obtenía una copia del original en azul de Prusia.
El proceso utiliza dos compuesto químicos: Citrato de amonio y hierro(III) y Ferrocianuro de potasio. De su mezcla resulta una solución acuosa sensible a la luz, que se utilizaba como negativo al depositarla sobre papel (u otros materiales capaces de absorber el hierro).
Para obtener la fotografía se debía poner el modelo entre una fuente de luz ultravioleta (como la luz solar) y un negativo. La luz ultravioleta producía una reacción química en el negativo, de manera que las partes directamente expuestas a la luz adquirían un color azul de Prusia mientras que las zonas tapadas por la sombra del modelo no quedaban modificadas.
El cambio de color dependía de la cantidad de luz, pero podían obtenerse resultados aceptables tras una exposición de 10 a 20 minutos en un día soleado.
Cianotipos vegetales
A lo largo de su vida Anna Atkins realizó cientos de fotografías de algas, helechos, flores y otros tipos de plantas. A continuación podéis ver algunas de las que más me han impresionado, por su belleza y su delicadeza. Porqué me recuerdan como me gustaba, de niño, secar flores con papel de periódico y una vieja prensa.
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