Era la primera noche que pasábamos en el barco. El plan: Cruzar el Amazonas, desde Leticia (Colombia) hasta la desembocadura en Belém de Pará (Brasil). De repente una tormenta nos golpeó. ¿Podríamos nadar a la orilla en caso de accidente? La respuesta era clara: no. Durante las siguientes horas la lluvia y el vendaval (que nos obligó a mover las hamacas, maletas,…) pasaron a un segundo plano, pues conocí los monstruos del Amazonas!